Leslie

En las próximas horas el ciclón tropical Leslie tocará tierra en el oeste de la Península Ibérica, posiblemente ya degradado a tormenta tropical. Se esperan vientos fuertes (rachas superiores a 80 km/h) y precipitaciones abundantes en todo el oeste peninsular.
¿Es normal que un ciclón tropical, o un huracán usando un término más habitual en los medios, llegue a Europa?

Ya hablamos sobre ciclones tropicales (o huracanes como se denominan en el Atlántico Norte) en otras entradas, como por ejemplo en esta: Huracanes y cambio climático pero vamos a especificar algunas diferencias entre huracanes y las borrascas a las que estamos acostumbrados que nos afecten en invierno, así como a hablar sobre la posibilidad de que un ciclón tropical nos afecte directamente.

Las borrascas se forman como consecuencia de la diferencia térmica entre dos masas de aire. El choque de dos masas de aire origina un centro de baja presión. En altura, este centro presenta aire a una temperatura más baja que en los alrededores. No presenta simetría y las precipitaciones se originan en bandas relativamente estrechas (decenas de kilómetros normalmente) que pueden llegar a ser muy alargadas (cientos de kilómetros).
Por el contrario un ciclón tropical presenta un núcleo cálido, gran simetría en su estructura que origina también una simetría en la distribución de la nubosidad y de la precipitación. En su centro se origina un ojo libre de nubosidad. La baja presión de su centro, unida a las altas temperaturas oceánicas necesarias para su formación, origina una gran evaporación que, al condensarse, desprende calor. Este es aprovechado para seguir alimentando al ciclón tropical: este calor provoca potentes movimientos de condensación de aire que profundizará la baja presión de su centro.
Todo esto lo vemos en las siguientes imágenes. La primera muestra la presión en superficie y se han señalado dos centros de bajas presiones: Leslie al oeste de Portugal y mucho más al norte el centro de una borrasca asociada al frente polar:
Fuente de las imágenes: AEMET.

Como hemos dicho, un ciclón tropical necesita altas temperaturas para su formación, esto hace que la región de formación se encuentre aproximadamente entre 5º y 25º de latitud norte en nuestro hemisferio. Como en esta región dominan los vientos que se dirigen hacia el oeste (canalizados por las bajas presiones ecuatoriales y las altas presiones subtropicales) la gran mayoría de ciclones se dirigen hacia el oeste y terminan impactando en el continente americano o disipándose antes de tocar tierra si entran en aguas oceánicas con temperaturas frías.

Este es el comportamiento típico, aunque cabe la posibilidad de que si la temperatura del océano es suficientemente alta, se forme un ciclón tropical algo más al norte de la zona de formación habitual e, influenciado por los vientos que se dirigen hacia el este en nuestras latitudes, tome dirección este y acabe afectando a Europa. Si esto ocurriese, y pese a no ser lo habitual no es demasiado raro, al situarnos en latitudes superiores a los 35º, la temperatura del océano es normalmente lo suficientemente baja para el que el ciclón tropical pierda la categoría de huracán y nos afecte como tormenta tropical o como sistema post-tropical.

Lo que convierte a Leslie en excepcional es que existe la posibilidad de que llegue a la costa oeste de Portugal aún con categoría de huracán (categoría 1, la más baja), si bien en cuanto toque tierra se debilitará rápidamente.

Al final de la entrada mencionada anteriormente (Huracanes y cambio climático) hablábamos de cómo el aumento de la temperatura global  incrementaría la probabilidad de que se puedan formar ciclones tropicales especialmente virulentos, así como de que veamos ciclones tropicales en latitudes más altas de lo habitual. También cabe decir que un aumento de la temperatura del océano permitiría que un ciclón tropical subsista en latitudes más altas de lo habitual y, por tanto, acabe afectando sin degradarse a zonas situadas por encima de los 30º-35º de latitud.

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