Diferentes tipos de lluvia
La lluvia es la precipitación de agua líquida. Definida así, parece absurdo hablar de diferentes tipos de lluvia (aunque se puedan hacer clasificaciones en función de su intensidad). El gancho del título hace referencia a los diferentes fenómenos que ocasionan precipitaciones.
En nuestras latitudes hay dos fenómenos básicos que originan las precipitaciones: las borrascas y las tormentas convectivas.
Las borrascas se forman a partir de áreas de baja presión originadas por el contraste entre masas de aire con diferentes características. Lo explicamos: todos sabemos que el ecuador recibe mayor radiación solar que los polos; por tanto su temperatura es bastante mayor. Sin embargo, la temperatura no disminuye gradualmente del ecuador a los polos. Existe una región relativamente estrecha (pocos cientos de km) donde interaccionan las masas de aire cálido y las masas de aire frío. Explicado en pocas palabras y simplificando fenómenos más complejos que tienen lugar, el contraste de temperatura que hemos mencionado origina perturbaciones que dan lugar a borrascas. Esta región de interacción está situada aproximadamente alrededor del paralelo 50º, aunque sufre variaciones con las estaciones.
Las borrascas, se forman así en esa región y pueden afectar a extensas áreas, como podemos ver en esta imagen de la borrasca Ana.
Las tormentas convectivas constituyen el otro fenómeno; de hecho seguramente todos lo hemos observado: un apacible día de verano en el que, de repente, surge una tormenta que descarga agua. Para la formación de estas tormentas se requiere la energía que aporta la radiación solar, que provocará la evaporación de agua. Si en altura existe inestabilidad (que se manifiesta por aire frío en altura, pese a que en superficie puede ser bastante alta la temperatura), este vapor de agua se va a condensar, formando las nubes que dan lugar a tormentas.
El hecho de que se necesite una determinada cantidad de energía en forma de radiación solar para que se formen estas tormentas hace que sean muy raras en latitudes superiores a los 60º y que sean más frecuentes en los meses en los que la radiación solar es más elevada.
Las zonas situdas entre los trópicos están fuera del alcance de las borrascas que hemos descrito anteriormente. Así, en latitudes intertropicales las precipitaciones vienen de la mano de ciclones tropicales (de los que ya hablamos en una entrada anterior: Huracanes y cambio climático ) y de las tormentas originadas por convección.
Además, estas tormentas son especialmente intensas y frecuentes en el ecuador, por dos razones: primero porque las altas temperaturas y la alta humedad existente hace que se produzca una convección (ascenso de aire cálido) intensa y con gran cantidad de humedad; en segundo lugar hay que tener en cuenta que en el ecuador convergen los vientos alisios de ambos hemisferios, con lo cual se produce un choque violento de ambas masas de aire que provoca como resultado el violento ascenso de grandes masas de aire.
En nuestras latitudes hay dos fenómenos básicos que originan las precipitaciones: las borrascas y las tormentas convectivas.
Las borrascas se forman a partir de áreas de baja presión originadas por el contraste entre masas de aire con diferentes características. Lo explicamos: todos sabemos que el ecuador recibe mayor radiación solar que los polos; por tanto su temperatura es bastante mayor. Sin embargo, la temperatura no disminuye gradualmente del ecuador a los polos. Existe una región relativamente estrecha (pocos cientos de km) donde interaccionan las masas de aire cálido y las masas de aire frío. Explicado en pocas palabras y simplificando fenómenos más complejos que tienen lugar, el contraste de temperatura que hemos mencionado origina perturbaciones que dan lugar a borrascas. Esta región de interacción está situada aproximadamente alrededor del paralelo 50º, aunque sufre variaciones con las estaciones.
Las borrascas, se forman así en esa región y pueden afectar a extensas áreas, como podemos ver en esta imagen de la borrasca Ana.
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| Fuente: AEMET |
El hecho de que se necesite una determinada cantidad de energía en forma de radiación solar para que se formen estas tormentas hace que sean muy raras en latitudes superiores a los 60º y que sean más frecuentes en los meses en los que la radiación solar es más elevada.
Las zonas situdas entre los trópicos están fuera del alcance de las borrascas que hemos descrito anteriormente. Así, en latitudes intertropicales las precipitaciones vienen de la mano de ciclones tropicales (de los que ya hablamos en una entrada anterior: Huracanes y cambio climático ) y de las tormentas originadas por convección.
Además, estas tormentas son especialmente intensas y frecuentes en el ecuador, por dos razones: primero porque las altas temperaturas y la alta humedad existente hace que se produzca una convección (ascenso de aire cálido) intensa y con gran cantidad de humedad; en segundo lugar hay que tener en cuenta que en el ecuador convergen los vientos alisios de ambos hemisferios, con lo cual se produce un choque violento de ambas masas de aire que provoca como resultado el violento ascenso de grandes masas de aire.
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